Las elecciones presidenciales en cualquier país, siempre es un tema de conciencia social, de opinión pública y de relevencia, en este 2016, Perù se ha visto envuelta de las últimas elecciones para elegir a su nuevo presidente para lograr una utópica gobernancia dentro de los próximos cinco años. Y una segunda vuelta fue finalmente la decisiva para poder levantar un grito y decir, por fin tenemos presidente electo, Pedro Pablo y Keiko, dieron una buena batalla electoral, pero los pepecausas se lanzaron con la victoria, con un mínimo de diferencia de votantes que no superaba ni el cinco por ciento, según la ONPE.

Debido a ello, y analizando los resultados se debe tomar en consideración que a pesar de la victoria de Pedro Pablo Kuczynski, el Perù se queda con un sin sabor, sobre el futuro del gobierno prometido, las reformas, os cambios, las promesas quedaràn ahora a merced de nuestro voto electo. Muchos, quienes votaron por Keiko Fujimori, tendrán que hacer silencio y esperar al final para ver si lo prometido por PPK es real, y si no, podrán utilizar la frase “te lo dije”, todo ello con el afán de saber si la elección fue correcta o no.

Pero claro, es lógico que muchos digamos “ojalà” lo cumpla; cumplamos primero nosotros los peruanos con este resultado obtenido una conciencia sobre la correcta elección, no solo sería culpa del presidente o presidenta un mal gobierno si es que se presentase, recordemos que fuimos nosotros, con nuestro lapicero y nuestro dedo lleno de tinta quienes lo elegimos, resultados funestos o agradables son ahora solo dependencia del futuro.

Finalmente, si deseamos un gobierno que no se rija por la corrupción, el fraude, la inseguridad, elijamos en un futuro con una conciencia informativa real y no marcar por marcar, propongamos al gobierno mayor información y màs mano dura para aquellos organismos que nos deben información importante sobre los posibles candidatos a futuro, èsa es la forma idónea para elegir un gobierno de calidad.

Ahora, esperemos y que PPK nos ampare.